Gracias al sacrificio de Jesús, ya la muerte no representa el fin, sino un medio para volver a nuestro Padre Dios. Por lo tanto, al pensar en nuestros muertos, se nos invita a hacerlo con la esperanza de un reencuentro el día de la resurrección.
Compartamos nuestra fe y esperanza, con alguien que lo necesite el día de hoy.