Por: Emmanuel Rosado
Coach, MA & Trainer
@mannyrosadord
///Recientemente, el papa Francisco estuvo de visita por México y en su discurso expresó: «…y si ven un amigo que se pegó un resbalón en la vida y se cayó, anda y ofrécele la mano, pero ofrécela con dignidad, ponte al lado de él, de ella, escúchalo. Déjalo que te cuente y entonces, poquito a poco te va extendiendo la mano y vos lo vas a ayudar en nombre de Jesucristo».
Extiende Tu Mano
Esto va mas allá de una acción física. Es romper con los prejuicios y el orgullo. Es hacerse pequeño para engrandecer los corazones de los más sufridos y desconsolados.
Es ahí donde viene a tomar tanto sentido el poder de la palabra «Misericordia». Ser compasivo y ayudar a aquellos que están necesitados, presos, entristecidos y enfermos.
Desde otra Perspectiva
Para poder entender el sufrimiento del que está enfermo y preso no necesariamente hay que experimentarlo, pero ayuda mucho ponerse en los zapatos del otro. Recientemente pasé por un proceso de enfermedad, con un diagnóstico de «Querato Conjuntivitis Membranal» en ambos ojos, la cual me llevó a estar en cama por 15 días. No encontraba que más hacer… me sentía tan solo y desesperado. Me iban a operar el ojo derecho.
Doy como testimonio, que el día antes de mi operación visité otra oftalmóloga para tener una segunda opinión. Me recetaron nuevos medicamentos, mientras las personas más cercanas a mí oraban por mi pronta recuperación.
En este proceso escribí una canción llamada: «Si tienes fe». Sentía paz y sanación mientras cantaba. Y como obra celestial, el mismo día de la operación, las membranas que me iban a sacar del ojo desaparecieron.
Por una simple visita
Dos semanas después de mi recuperación, estuve en un colegio cantando y grabando un video de esta canción, para una niña que padecía de cáncer. Luego en una clínica acompañando al padre de una amiga que también padecía de cáncer. Ese momentito de paz y amor, de simplemente estar con ellos, ha quedado en los corazones de estas dos personas en la eternidad y sus familias. Lamentablemente, ambas personas fallecieron poco después.
Semanas más adelante, recibí el video de la reacción de la niña que tenía cáncer disfrutando del video que grabamos para ella. Desde que había comenzado su proceso de quimioterapia, nunca se le había visto tan feliz. Y todo gracias a una simple visita.
El propósito cumplido
Ir a visitar a los presos y a los enfermos cumple un simple propósito: ayuda a entender que Dios siempre está y nunca se muda. Todavía resuena en mi cabeza las palabras del padre de mi amiga que me decía postrado en cama: «cántame de nuevo el estribillo de tu canción» la cual dice: «Tu vas a sanar, te vas a LEVANTAR, solo es cuestión de fe, solo tienes que creer».
Es hora de levantar a otros, sin importar si están en la cárcel más peligrosa o en el hospital menos hospitalario, sin excusas de tiempo, momentos, ni otras dificultades. No estamos llamados a estar cómodos, existimos para iluminar. Extender la mano es valerse de lo poco o lo mucho para levantar el corazón caído, enfermo o preso.
El papa Francisco también cita en su discurso: «Los alpinistas tienen una canción muy linda que me gusta repetírsela a los jóvenes. En el arte de ascender al triunfo, no está en no caer, sino en no permanecer caído. Ese es el arte y ¿quién es el único que te puede agarrar de la mano para que no permanezcas caído? Jesucristo…»
No Permanezcas Caído
¡Podemos vivir esta filosofía hoy!. Este arte de no permanecer caído. Y esto se logra siempre y solo siempre, si esparcimos amor, si amamos siempre más, si ayudamos a otros a tener un poquito mas de fe y si ayudamos a otros a creer y a crecer.
Como dice esa famosa canción de «Pescadores de hombres»: «Que mi cansancio a otros descanse…». Te motivo a que nuestro esfuerzo y cansancio traigan esperanza al mundo. Extender la mano a otros, es extenderle la mano a Dios.
Fuente: REVISTA IÓN CORRIENTE ALTERNA| EDICIÓN 22