Testimonio de Luz «Venciendo la infertilidad» por Ana Karen Peralta

Por , junio 22, 2021

Yo, que perdí a mi mamá a destiempo, siendo ella madre soltera, mi mayor anhelo siempre fue formar mi propia familia. Además, de amar a los niños, por ser educadora. Por lo que pensar en que no iba a ser capaz de concebir fue muy duro para mí.
Mi lucha contra la infertilidad empezó a casi un año de haberme casado.

Me diagnosticaron Endometriosis en uno de mis ovarios y me explicaron que era una de las principales causas de infertilidad en las mujeres. Desde ese diagnóstico empecé a orar fervientemente y a buscar una y otra vez diferentes opiniones médicas y estudios.

Recibí mi Promesa. Pedí la intercesión de mi Virgen María y ella desde el inicio me confirmó la promesa del Señor que sí iba a concebir. Me agarré de esta promesa con todo mi ser. Luego de consultar tres doctores en el país y uno en E.E.U.U. tuve que recurrir a una operación para extraer un Endometrioma de mi ovario izquierdo. Pensaba que ya esta prueba había pasado, pero recién iniciaba.

Luego de tres meses de mi operación programé una cita para verificar que tal estaba todo. Un fin de semana justo antes de esta cita asistí a un Retiro Carismático donde a través de un hermano, el Señor me profetizó: una joven tendrá una cita donde le dirán que tiene dos quistes en los ovarios, pero el Señor le manda a decir que no se preocupe, pues su promesa está y que tendrá un hijo. Por más difícil que sea de creer, el Señor fue sumamente explícito. En ese momento no pensé que el mensaje era para mí, pues a mi entender ya yo estaba sana. Lamentablemente fui a mi cita y la endometriosis había regresado, pero esta vez en los dos ovarios.

Desde ese momento, mi esposo y yo empezamos una intensa búsqueda de nuestro hijo. Visitamos otro ginecólogo (el cuarto), quien me dijo que no habría manera de que yo saliera embarazada naturalmente. 4 meses después de su errado pronóstico salí embarazada, aunque desafortunadamente perdí este embarazo.
Hicimos la Inseminación Artificial y no quedé. Tomaba pastillas, inyecciones, sonografías cada mes; todos los métodos naturales y médicos posibles y no quedaba embarazada. Cada ciclo era una nueva lucha, pero luego me llegaba el periodo o me hacía una prueba de embarazo negativa era como una batalla más perdida, un mes más que no llegaba mi promesa.
Nunca perdí la fe.

Fueron 5 ginecólogos que me dieron el peor de los pronósticos, pero al único al que le hago caso a es mi Señor. Mi Padre no es mentiroso y si el ya me había dado la promesa de que sería madre, solo eso me bastaba para seguir adelante. Nunca perdí la fe, oré más que nunca. Ayunaba y pedía por todas las mujeres que estaban saliendo embarazadas a mi alrededor. Fueron incontables las veces que el Señor nos recordó a través de oraciones y nuestros hermanos que ese encargo estaba en camino.
Llegó mi Promesa.
Luego de que uno de tantos doctores me habló de otra operación y más dificultades, fui con ese diagnóstico en mis manos al Santísimo y se lo entregué a Dios. Hice un pacto con Él y le rogué que me indicara qué más hacer y a donde más podría ir. Fue entonces que guiada por el Espíritu Santo llegué donde mi último ginecólogo Alexander Montes de Oca. Empezamos tratamientos menos invasivos y con optimismo y fe buscamos nuestro bebé. Por un lado, tenía la Medicina y otro al Espíritu Santo.

Luego de 7 días de ayuno y oración me hice una prueba de embarazo que finalmente dio positivo. Quedé embarazada, sin pastillas, sin inyecciones y sin tratamientos.

Y aquí estoy inmensamente agradecida con Dios por darme mi mayor tesoro que es mi familia, mi esposo fiel y mi maravilloso bebé, bendición de Dios.

Oro por todas las mujeres y parejas que como yo se encuentra en esta lucha. ¡No están solas!

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