HORA TERCIA

mayo 7, 2025

INVOCACIÓN INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio

R. Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno: AL SEÑOR CONFESAMOS, ¡ALELUYA!

Al Señor confesamos, ¡aleluya!

En la hora de tercia a la mañana

se llenaron los suyos de esperanza,

y lejos de la noche y de la duda

salieron con la llama y la palabra.

Al Señor adoramos, ¡aleluya!

Han marcado sus pies nuestros caminos,

marcó su nombre el nombre de los siglos,

y en la tierra su voz cual voz ninguna

convoca seguidores y testigos.

Al Señor esperamos, ¡aleluya!

Y ahora celebramos al Viviente,

a Jesús victorioso de la muerte;

acéptanos, oh Cristo, cual liturgia

de gloria que ganaste y a ti vuelve. Amén.

SALMODIA

Ant 1. Aleluya, aleluya, aleluya.

Salmo 118, 105-112

Lámpara es tu palabra para mis pasos,

luz en mi sendero;

lo juro y lo cumpliré:

guardaré tus justos mandamientos;

¡estoy tan afligido!

Señor, dame vida según tu promesa.

Acepta, Señor, los votos que pronuncio,

enséñame tus mandatos;

mi vida está siempre en peligro,

pero no olvido tu voluntad;

los malvados me tendieron un lazo,

pero no me desvié de tus decretos.

Tus preceptos son mi herencia perpetua,

la alegría de mi corazón;

inclino mi corazón a cumplir tus leyes,

siempre y cabalmente.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Salmo 69 – DIOS MÍO, VEN EN MI AUXILIO

Dios mío, dígnate librarme;

Señor, date prisa en socorrerme.

Sufran una derrota ignominiosa

los que me persiguen a muerte;

vuelvan la espalda afrentados

los que traman mi daño;

que se retiren avergonzados

los que se ríen de mí.

Alégrense y gocen contigo

todos los que te buscan;

y digan siempre: «Dios es grande»

los que desean tu salvación.

Yo soy pobre y desdichado:

Dios mío, socórreme,

que tú eres mi auxilio y mi liberación.

¡Señor, no tardes!

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Salmo 74 – EL SEÑOR, JUEZ SUPREMO

Te damos gracias, ¡oh Dios!, te damos gracias,

invocando tu nombre, pregonando tus maravillas.

«Cuando elija la ocasión,

yo juzgaré rectamente.

Aunque tiemble la tierra con sus habitantes,

yo he afianzado sus columnas.»

Digo a los jactanciosos: no os jactéis;

a los malvados: no alcéis la testuz,

no alcéis la testuz contra el cielo,

no digáis insolencias contra la Roca.

La justicia no vendrá

ni del oriente ni del occidente,

ni del desierto ni de los montes,

sólo Dios gobierna:

a uno humilla, a otro ensalza.

El Señor tiene una copa en la mano,

un vaso lleno de vino drogado:

lo da a beber hasta las heces

a todos los malvados de la tierra.

Y yo siempre proclamaré su grandeza,

y tañeré para el Dios de Jacob:

derribaré el poder de los malvados,

y se alzará el poder del justo.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.

LECTURA BREVE Cf. Rm 4, 24-25

Creemos en aquel que resucitó de entre los muertos a Jesús, nuestro Señor, que fue entregado a la muerte por nuestros pecados, y resucitado para nuestra justificación.

V. Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.

R. Y se ha aparecido a Simón. Aleluya.

ORACIÓN

OREMOS,

Protege, Señor, a tu pueblo y, ya que le has dado la gracia de la fe, concédele la participación eterna en la resurrección de tu Hijo. Él, que vive reina por los siglos de los siglos.

Amén.

CONCLUSIÓN

V. Bendigamos al Señor.

R. Demos gracias a Dios.

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