LAUDES

abril 11, 2025

INVOCACIÓN INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio

R. Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos. Amén.

 

Himno: DELANTE DE LA CRUZ LOS OJOS MÍOS

 

Delante de la cruz los ojos míos

quédenseme, Señor, así mirando,

y sin ellos quererlo estén llorando,

porque pecaron mucho y están fríos.

 

Y estos labios que dicen mis desvíos,

quédenseme, Señor, así cantando,

y sin ellos quererlo estén rezando,

porque pecaron mucho y son impíos.

 

Y así con la mirada en vos prendida,

y así con la palabra prisionera,

como la carne a vuestra cruz asida,

 

quédeseme, Señor, el alma entera;

y así clavada en vuestra cruz mi vida,

Señor, así, cuando queráis me muera. Amén.

 

SALMODIA

 

Ant 1. Aceptarás los sacrificios, ofrendas y holocaustos, sobre tu altar, Señor.

 

Salmo 50 – CONFESIÓN DEL PECADOR ARREPENTIDO

 

Misericordia, Dios mío, por tu bondad;

por tu inmensa compasión borra mi culpa;

lava del todo mi delito,

limpia mi pecado.

 

Pues yo reconozco mi culpa,

tengo siempre presente mi pecado:

contra ti, contra ti solo pequé,

cometí la maldad que aborreces.

 

En la sentencia tendrás razón,

en el juicio brillará tu rectitud.

Mira, que en la culpa nací,

pecador me concibió mi madre.

 

Te gusta un corazón sincero,

y en mi interior me inculcas sabiduría.

Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;

lávame: quedaré más blanco que la nieve.

 

Hazme oír el gozo y la alegría,

que se alegren los huesos quebrantados.

Aparta de mi pecado tu vista,

borra en mí toda culpa.

 

¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro,

renuévame por dentro con espíritu firme;

no me arrojes lejos de tu rostro,

no me quites tu santo espíritu.

 

Devuélveme la alegría de tu salvación,

afiánzame con espíritu generoso:

enseñaré a los malvados tus caminos,

los pecadores volverán a ti.

 

Líbrame de la sangre, ¡oh Dios,

Dios, Salvador mío!,

y cantará mi lengua tu justicia.

Señor, me abrirás los labios,

y mi boca proclamará tu alabanza.

 

Los sacrificios no te satisfacen;

si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.

Mi sacrificio es un espíritu quebrantado:

un corazón quebrantado y humillado

tú no lo desprecias.

 

Señor, por tu bondad, favorece a Sión,

reconstruye las murallas de Jerusalén:

entonces aceptarás los sacrificios rituales,

ofrendas y holocaustos,

sobre tu altar se inmolarán novillos.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Aceptarás los sacrificios, ofrendas y holocaustos, sobre tu altar, Señor.

 

Ant 2. Con el Señor triunfará y se gloriará la estirpe de Israel.

 

Cántico: QUE LOS PUEBLOS TODOS SE CONVIERTAN AL SEÑOR. Is 45, 15-25

 

Es verdad: tú eres un Dios escondido,

el Dios de Israel, el Salvador.

Se avergüenzan y se sonrojan todos por igual,

se van avergonzados los fabricantes de ídolos;

mientras el Señor salva a Israel

con una salvación perpetua,

para que no se avergüencen ni se sonrojen

nunca jamás.

 

Así dice el Señor, creador del cielo

– él es Dios -,

él modeló la tierra,

la fabricó y la afianzó;

no la creó vacía,

sino que la formó habitable:

«Yo soy el Señor y no hay otro.»

 

No te hablé a escondidas,

en un país tenebroso,

no dije a la estirpe de Jacob:

«Buscadme en el vacío.»

 

Yo soy el Señor que pronuncia sentencia

y declara lo que es justo.

Reuníos, venid, acercaos juntos,

supervivientes de las naciones.

No discurren los que llevan su ídolo de madera,

y rezan a un dios que no puede salvar.

 

Declarad, aducid pruebas,

que deliberen juntos:

¿Quién anunció esto desde antiguo,

quién lo predijo desde entonces?

¿No fui yo, el Señor?

– No hay otro Dios fuera de mí -.

 

Yo soy un Dios justo y salvador,

y no hay ninguno más.

 

Volveos hacia mí para salvaros,

confines de la tierra,

pues yo soy Dios y no hay otro.

 

Yo juro por mi nombre,

de mi boca sale una sentencia,

una palabra irrevocable:

«Ante mí se doblará toda rodilla,

por mí jurará toda lengua»,

dirán: «Sólo el Señor

tiene la justicia y el poder.»

 

A él vendrán avergonzados

los que se enardecían contra él,

con el Señor triunfará y se gloriará

la estirpe de Israel.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Con el Señor triunfará y se gloriará la estirpe de Israel.

 

Ant 3. Entrad en la presencia del Señor con aclamaciones.

 

Salmo 99 – ALEGRÍA DE LOS QUE ENTRAN EN EL TEMPLO.

 

Aclama al Señor, tierra entera,

servid al Señor con alegría,

entrad en su presencia con aclamaciones.

 

Sabed que el Señor es Dios:

que él nos hizo y somos suyos,

su pueblo y ovejas de su rebaño.

 

Entrad por sus puertas con acción de gracias,

por sus atrios con himnos,

dándole gracias y bendiciendo su nombre:

 

«El Señor es bueno,

su misericordia es eterna,

su fidelidad por todas las edades.»

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Entrad en la presencia del Señor con aclamaciones.

 

LECTURA BREVE   Is 52, 13-15

Mirad: mi siervo tendrá éxito, será enaltecido y ensalzado sobremanera. Y, así como muchos se horrorizaron de él, pues tan desfigurado estaba que ya ni parecía hombre, no tenía ni aspecto humano, así también muchos pueblos se admirarán de él y, a su vista, los reyes enmudecerán de asombro porque verán algo jamás narrado y contemplarán algo inaudito.

 

RESPONSORIO BREVE

V. El me librará de la red del cazador.

R. El me librará de la red del cazador.

 

V. Me cubrirá con su plumaje.

R. El me librará de la red del cazador.

 

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

R. El me librará de la red del cazador.

 

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. «Muchas y buenas obras os he hecho ver -dice el Señor-, ¿por cuál de ellas me queréis apedrear?»

 

Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR  Lc 1, 68-79

 

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,

porque ha visitado y redimido a su pueblo.

suscitándonos una fuerza de salvación

en la casa de David, su siervo,

según lo había predicho desde antiguo

por boca de sus santos profetas:

 

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos

y de la mano de todos los que nos odian;

ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,

recordando su santa alianza

y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.

 

Para concedernos que, libres de temor,

arrancados de la mano de los enemigos,

le sirvamos con santidad y justicia,

en su presencia, todos nuestros días.

 

Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,

porque irás delante del Señor

a preparar sus caminos,

anunciando a su pueblo la salvación,

el perdón de sus pecados.

 

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,

nos visitará el sol que nace de lo alto,

para iluminar a los que viven en tiniebla

y en sombra de muerte,

para guiar nuestros pasos

por el camino de la paz.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. «Muchas y buenas obras os he hecho ver -dice el Señor-, ¿por cuál de ellas me queréis apedrear?»

 

PRECES

 

Demos gracias a Cristo, el Señor, que al morir en cruz nos dio la vida, y digámosle con fe:

 

Tú que por nosotros moriste, escúchanos, Señor.

 

Maestro y Salvador nuestro, tú que nos revelaste con tu palabra el designio de Dios y nos renovaste con tu gloriosa pasión,

no permitas que nuestros días transcurran entre vicios y pecados.

 

Que sepamos, Señor, mortificarnos hoy al tomar los manjares del cuerpo,

para ayudar con nuestra abstinencia a los hambrientos y necesitados.

 

Que vivamos santamente este día de penitencia cuaresmal

y lo consagremos a tu servicio mediante obras de misericordia.

 

Sana, Señor, nuestras voluntades rebeldes

y llénanos de tu gracia y de tus dones.

 

Se pueden añadir algunas intenciones libres

 

Que el Espíritu que habita en nosotros y nos une en su amor nos ayude a decir:

 

Padre nuestro…

 

ORACION

Perdona, Señor, las culpas que hemos cometido a causa de nuestra debilidad y, por tu misericordia, líbranos de la esclavitud en que nos tienen cautivos nuestros pecados. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

 

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.

R. Amén.

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