HORA SEXTA

abril 19, 2025

INVOCACIÓN INICIAL

 

V. Dios mío, ven en mi auxilio

R. Señor, date prisa en socorrerme. 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, 

por los siglos de los siglos. Amén.

 

Himno: MISTERIO EN EL CALVARIO

 

¡Misterio en el Calvario,

escándalo sangriento!:

el Señor de la tierra

esclavo en un madero.

 

Víctima escarnecida,

misterio y sacramento:

el Señor de la gloria

entre ladrones muerto.

 

Tú sabes que los hombres

ignoran lo que han hecho;

mas tu perdón los cubre,

Sacerdote y Cordero.

¡Misterio en el Calvario,

escándalo sangriento!

 

Al fin viene la hora

que espera el universo:

la cruz en él clavada

y tu gracia al acecho.

¡Víctima escarnecida,

misterio y sacramento!

 

Tu sangre derramada

floreció en el desierto.

¡Misterio del Calvario,

escándalo sangriento!:

la muerte muerta es vida

clavada en un madero. Amén.

 

SALMODIA

 

Ant 1. Señor, sacaste mi vida del abismo.

 

Salmo 26

 

El Señor es mi luz y mi salvación,

¿a quién temeré?

El Señor es la defensa de mi vida,

¿quién me hará temblar?

 

Cuando me asaltan los malvados

para devorar mi carne,

ellos, enemigos y adversarios,

tropiezan y caen.

 

Si un ejército acampa contra mí,

mi corazón no tiembla;

si me declaran la guerra,

me siento tranquilo.

 

Una cosa pido al Señor,

eso buscaré:

habitar en la casa del Señor

por los días de mi vida;

gozar de la dulzura del Señor

contemplando su templo.

 

Él me protegerá en su tienda

el día del peligro;

me esconderá en lo escondido de su morada,

me alzará sobre la roca;

 

y así levantaré la cabeza

sobre el enemigo que me cerca;

en su tienda sacrificaré

sacrificios de aclamación:

cantaré y tocaré para el Señor.

 

Escúchame, Señor, que te llamo;

ten piedad, respóndeme.

 

Oigo en mi corazón: «Buscad mi rostro.»

Tu rostro buscaré, Señor,

no me escondas tu rostro.

 

No rechaces con ira a tu siervo,

que tú eres mi auxilio;

no me deseches, no me abandones,

Dios de mi salvación.

 

Si mi padre y mi madre me abandonan,

el Señor me recogerá.

 

Señor, enséñame tu camino,

guíame por la senda llana,

porque tengo enemigos.

 

No me entregues a la saña de mi adversario,

porque se levantan contra mí testigos falsos,

que respiran violencia.

 

Espero gozar de la dicha del Señor

en el país de la vida.

 

Espera en el Señor, sé valiente,

ten ánimo, espera en el Señor.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Salmo 29

 

Te ensalzaré, Señor, porque me has librado

y no has dejado que mis enemigos se rían de mí.

 

Señor, Dios mío, a ti grité,

y tú me sanaste.

Señor, sacaste mi vida del abismo,

me hiciste revivir cuándo bajaba a la fosa.

 

Tañed para el Señor, fieles suyos,

dad gracias a su nombre santo;

su cólera dura un instante;

su bondad, de por vida;

al atardecer nos visita el llanto,

por la mañana, el júbilo.

 

Yo pensaba muy seguro:

«No vacilaré jamás.»

Tu bondad, Señor, me aseguraba

el honor y la fuerza;

pero escondiste tu rostro,

y quedé desconcertado.

 

A ti, Señor, llamé,

supliqué a mi Dios:

«¿Qué ganas con mi muerte,

con que yo baje a la fosa?

 

¿Te va a dar gracias el polvo,

o va a proclamar tu lealtad?

Escucha, Señor, y ten piedad de mí;

Señor, socórreme.»

 

Cambiaste mi luto en danzas,

me desataste el sayal y me has vestido de fiesta;

te cantará mi alma sin callarse.

Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

SALMO 75

 

Dios se manifiesta en Judá,

su fama es grande en Israel;

su tabernáculo está en Jerusalén,

su morada en Sión:

allí quebró los relámpagos del arco,

el escudo, la espada y la guerra.

 

Tú eres deslumbrante, magnífico,

con montones de botín conquistados.

Los valientes duermen su sueño,

y a los guerreros no les responden sus brazos.

Con un bramido, ¡oh Dios de Jacob!,

inmovilizaste carros y caballos.

 

Tú eres terrible: ¿quién resiste frente a ti

al ímpetu de tu ira?

Desde el cielo proclamas la sentencia:

la tierra teme sobrecogida,

cuando Dios se pone en pie para juzgar,

para salvar a los humildes de la tierra.

 

La cólera humana tendrá que alabarte,

los que sobrevivan al castigo te rodearán.

Haced votos al Señor y cumplidlos,

y traigan los vasallos tributo al Temible:

él deja sin aliento a los príncipes,

y es temible para los reyes del orbe.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Señor, sacaste mi vida del abismo.

 

LECTURA BREVE   1Jn 2, 1b-2

 

Abogado tenemos ante el Padre, a Jesucristo , el justo. Él es propiciación por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino por los del mundo entero.

 

V. El Señor da la muerte y la vida.

R. Hunde en el abismo y levanta.

 

ORACIÓN

 

OREMOS,

Dios todopoderoso, cuyo Unigénito descendió al lugar de los muertos y salió victorioso del sepulcro, te pedimos que concedas a todos tus fieles, sepultados con Cristo por el bautismo, resucitar también con él a la vida eterna. Por Cristo nuestro Señor.

Amén.

 

CONCLUSIÓN

 

V. Bendigamos al Señor.

R. Demos gracias a Dios.

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