HORA TERCIA

abril 23, 2025

INVOCACIÓN INICIAL

 

V. Dios mío, ven en mi auxilio

R. Señor, date prisa en socorrerme. 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, 

por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

 

Himno: AL SEÑOR CONFESAMOS, ¡ALELUYA!

 

Al Señor confesamos, ¡aleluya!

En la hora de tercia a la mañana

se llenaron los suyos de esperanza,

y lejos de la noche y de la duda

salieron con la llama y la palabra.

 

Al Señor adoramos, ¡aleluya!

Han marcado sus pies nuestros caminos,

marcó su nombre el nombre de los siglos,

y en la tierra su voz cual voz ninguna

convoca seguidores y testigos.

 

Al Señor esperamos, ¡aleluya!

Y ahora celebramos al Viviente,

a Jesús victorioso de la muerte;

acéptanos, oh Cristo, cual liturgia

de gloria que ganaste y a ti vuelve. Amén.

 

SALMODIA

 

Ant 1. Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere. Aleluya.

 

Salmo 118, 9-16

 

¿Cómo podrá un joven andar honestamente?

Cumpliendo tus palabras.

Te busco de todo corazón,

no consientas que me desvíe de tus mandamientos.

En mi corazón escondo tus consignas,

así no pecaré contra ti.

 

Bendito eres, Señor,

enséñame tus leyes.

Mis labios van enumerando

los mandamientos de tu boca;

mi alegría es el camino de tus preceptos,

más que todas las riquezas.

 

Medito tus decretos,

y me fijo en tus sendas;

tu voluntad es mi delicia,

no olvidaré tus palabras.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Salmo 27, 1-3. 6-9 – SÚPLICA Y ACCIÓN DE GRACIAS

 

A ti, Señor, te invoco;

Roca mía, no seas sordo a mi voz;

que, si no me escuchas, seré igual

que los que bajan a la fosa.

 

Escucha mi voz suplicante

cuando te pido auxilio,

cuando alzo las manos

hacia tu santuario.

 

No me arrebates con los malvados

ni con los malhechores,

que hablan de paz con el prójimo,

pero llevan la maldad en el corazón.

 

Bendito el Señor, que escuchó

mi voz suplicante;

el Señor es mi fuerza y mi escudo:

en él confía mi corazón;

me socorrió, y mi corazón se alegra

y le canta agradecido.

 

El Señor es fuerza para su pueblo,

apoyo y salvación para su Ungido.

Salva a tu pueblo y bendice tu heredad,

sé su pastor y guíalos siempre.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Salmo 115 – ACCIÓN DE GRACIAS EN EL TEMPLO.

 

Tenía fe, aun cuando dije:

«¡Qué desgraciado soy!»

Yo decía en mi apuro:

«Los hombres son unos mentirosos.»

 

¿Cómo pagaré al Señor

todo el bien que me ha hecho?

Alzaré la copa de la salvación,

invocando su nombre.

Cumpliré al Señor mis votos

en presencia de todo el pueblo.

 

Vale mucho a los ojos del Señor

la vida de sus fieles.

Señor, yo soy tu siervo,

siervo tuyo, hijo de tu esclava:

rompiste mis cadenas.

 

Te ofreceré un sacrificio de alabanza,

invocando tu nombre, Señor.

Cumpliré al Señor mis votos

en presencia de todo el pueblo,

en el atrio de la casa del Señor,

en medio de ti, Jerusalén.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere. Aleluya.

 

LECTURA BREVE   Cf. Rm 4, 24-25

 

Creemos en aquel que resucitó de entre los muertos a Jesús, nuestro Señor, que fue entregado a la muerte por nuestros pecados, y resucitado para nuestra justificación.

 

V. Éste es el día en que actuó el Señor. Aleluya.

R. Sea él nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.

 

ORACIÓN

 

OREMOS,

Dios nuestro, que todos los años nos alegras con la solemnidad de la resurrección del Señor, concédenos que la celebración de estas fiestas aquí en la tierra nos lleve a gozar de la eterna alegría en el cielo. Por Cristo nuestro Señor.

Amén.

 

CONCLUSIÓN

 

V. Bendigamos al Señor.

R. Demos gracias a Dios.

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