En el año 1224, en su cuerpo enfermo y cansado, san Francisco de Asís recibió misteriosamente los estigmas, que son las cicatrices de la crucifixión de Jesús: Celebramos los 800 años de este acontecimiento marcante en la vida de uno de los influencers más destacados del cristianismo. En octubre del 2024, concretamente el día 15, se cumplen los 50 años de la ordenación de Mons. Óscar Arnulfo Romero como obispo de Santiago de María, que fue la primera diócesis en donde él fue el ordinario, antes de ser arzobispo de San Salvador. Cada 4 de octubre es la fiesta de san Francisco de Asís. Este 14 de octubre es el sexto aniversario de la canonización de san Óscar Arnulfo Romero.

Por esas sincronías de fechas significativas, en este artículo de octubre comparto diez similitudes entre Jesús de Nazaret, Francisco de Asís y Óscar Arnulfo Romero:

1. Humildad: Los tres mostraron una profunda humildad en su vida y en sus relaciones con los demás. Jesús se presentó como siervo de todos. Francisco de Asís renunció a sus riquezas. Monseñor Romero vivió de manera sencilla.

2. Sencillez: Optaron por llevar una vida de simplicidad, rechazando el lujo y la ostentación. Jesús vivió como un carpintero y predicador itinerante que no tenía «dónde reclinar la cabeza». Francisco abandonó su vida acomodada para vivir en pobreza. Monseñor Romero rechazó la posibilidad de lujo asociado con su posición eclesial, para alojarse en un pequeño cuarto de un hospital.

3. Opción por los pobres: Centraron su misión en ayudar y acompañar a las personas más vulnerables y marginadas. Jesús anunció la buena nueva a los pobres y anduvo entre ellos. San Francisco inició la comunidad de los Frailes Menores con énfasis en la pobreza y el servicio. Óscar Romero denunció las injusticias sociales y fue «voz de los sin voz» de El Salvador.

4. Sentido de justicia: Defendieron la justicia social y denunciaron las injusticias. Jesús desafió a las autoridades religiosas y políticas de su tiempo, denunciando la corrupción a causa del dios dinero. Francisco de Asís promovió la paz y la reconciliación. Óscar Arnulfo Romero confrontó la represión y la violencia en su país.

5. Amor y compasión: Mostraron un amor compasivo profundo hacia todas las personas. Jesús enseñó que el mandamiento principal es el amor. San Francisco amó a todas las criaturas de Dios. Monseñor Romero expresó un amor de pastor por su pueblo sufriente y desamparado.

6. Vida de oración: Los tres vivieron una vida íntimamente espiritual y de oración. Jesús pasaba tiempo a solas con su Padre. Francisco dedicó su existencia a la vida contemplativa. Romero fue conocido por su ferviente vida de oración y su conexión espiritual con lo social.

7. Pacifismo: Abogaron por la paz y la no violencia. Jesús enseñó a amar a los enemigos y a poner la otra mejilla. San Francisco es conocido por su saludo de «paz y bien» y su rechazo a la guerra. Monseñor Romero promovió la paz en medio de la guerra civil.

8. Entrega total a su misión: Se entregaron completamente a su misión espiritual y social. Jesús dedicó su vida a predicar el Reino de Dios con hechos y palabras. Francisco de Asís se consagró a la renovación de la Iglesia de su tiempo que «amenazaba ruinas». Mons. Romero se comprometió con la justicia social y la defensa de los oprimidos, anunciando el Evangelio.

9. Sacrificio personal: Asumieron el sacrificio como parte integral de su vida. Jesús entregó su vida en la cruz. San Francisco de Asís renunció a su herencia y vivió en pobreza, hasta recibir los estigmas. San Romero de América fue sacrificado por sus denuncias contra la injusticia.

10. Inspiración y legado: Dejaron una herencia duradera que ha inspirado a millones de personas. Las enseñanzas y acciones de Jesús forman la base del cristianismo. Francisco inspiró un movimiento global de vida sencilla y servicio. Monseñor Romero es un símbolo de lucha por la justicia en América Latina que trasciende a todo el mundo.

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Estas similitudes reflejan cómo, a través de sus vidas y acciones, estos líderes espirituales han dejado una honda huella en la historia y en la espiritualidad. A continuación expondré algunos hechos concretos que ilustran lo expresado en los puntos anteriores:

1. Humildad:

Jesús: En la Última Cena, lavó los pies de sus discípulos, un acto de humildad extrema para el Maestro y Señor (cf. Juan 13, 1-17).

Francisco de Asís: Renunció a todas sus posesiones materiales y se vistió con harapos de mendigo, para vivir con desapego y desprendimiento.

Romero: A pesar de su alta posición eclesiástica, habitó en una pequeña casa en el hospital Divina Providencia, rechazando comodidades y lujos.

2. Sencillez:

Jesús: Nació en un inhóspito pesebre en Belén, lejos de cualquier majestuosidad o grandeza mundana (cf. Lucas 2, 7).

Francisco de Asís: Fundó la Orden de los Frailes Menores, conocida por su vida austera y dedicada a desposarse con la «dama pobreza» y el servicio a los demás.

Romero: Rechazaba cualquier comodidad adicional que pudiera obtener debido a su autoridad, viviendo en la austeridad.

3. Opción por los pobres:

Jesús: Constantemente se asoció con los marginados, como cuando sanó a ciegos y salvó a la mujer sorprendida en adulterio (cf. Mateo 20, 29-34; Juan 8, 1-11).

Francisco de Asís: Trabajó incansablemente para ayudar a los leprosos y a los rechazados, viviendo entre ellos y cuidando de sus necesidades.

Romero: Dedicó gran parte de su ministerio a defender a los oprimidos, y su radio transmitía sus homilías que denunciaban constantemente la injusticia social y económica.

4. Sentido de justicia:

Jesús: Purificó el Templo de los mercaderes y cambistas, reprobando la explotación y corrupción dentro de un lugar sagrado (cf. Mateo 21, 12-13).

Francisco de Asís: Encaró a su propio padre en público, devolviéndole su ropa y renunciando a su herencia para vivir en pobreza como discípulo de Jesús.

Romero: Criticó abiertamente al gobierno de turno con sus militares por las violaciones de los derechos humanos y la represión, a pesar del peligro personal que esto implicaba.

5. Amor y compasión:

Jesús: Mostró compasión frente a la tumba de Lázaro, llorando junto a sus amigos antes del milagro de resucitarlo (cf. Juan 11, 35).

Francisco de Asís: Amó y cuidó a todas las criaturas, incluso predicando a los animales, como su conocido encuentro con el feroz lobo de Gubbio que fue amansado.

Romero: Manifestó su amor misericordioso al visitar a las familias de las víctimas de la violencia, ofreciéndoles consuelo y apoyo espiritual y material.

6. Vida de oración:

Jesús: Pasó 40 días y noches en el desierto orando y ayunando antes de comenzar su ministerio público (cf. Mateo 4, 1-2).

Francisco de Asís: Pasó largas horas en oración y meditación, buscando siempre la comunión con Dios y la contemplación de su creación. Un biógrafo dijo: «No era un hombre de oración, era la oración hecha hombre».

Romero: Antes de tomar decisiones importantes, dedicaba tiempo a la oración y reflexión, a través de ejercicios espirituales, confiando en la guía del Espíritu Santo.

7. Pacifismo:

Jesús: Decía que los constructores de la paz «serán llamados hijos de Dios». Y en el momento en que fue apresado rechazó el uso de la fuerza para su defensa, abogando por la no violencia (cf. Mateo 5, 9).

Francisco de Asís: Durante las Cruzadas, viajó al Medio Oriente para dialogar con el sultán de Babilonia, buscando la paz en lugar de la confrontación.

Romero: A pesar de la violencia sistemática en El Salvador, siempre promovió la paz y la reconciliación, rechazando el uso de las armas como solución, como buen seguidor de Jesús.

8. Entrega total a su misión:

Jesús: Persistió en su ministerio incluso cuando enfrentó oposición y amenazas, culminando en su crucifixión por su mensaje y acciones (cf. Mateo 26—27).

Francisco de Asís: Abandonó completamente su vida lujosa, para practicar el estilo de vida del Evangelio, en el servicio a los demás, y dedicarse a la renovación de la Iglesia.

Romero: Continuó su labor pastoral y social a pesar de las amenazas de muerte, comprometiéndose plenamente con su misión hasta su martirio.

9. Sacrificio personal:

Jesús: Su mayor sacrificio fue su muerte en la cruz, entregándose completamente por la salvación de la humanidad (cf. Juan 19, 16-30).

Francisco de Asís: Renunció a su vida de comodidad y privilegio, abrazando la pobreza evangélica y el «cargar la cruz de cada día» por amor a Dios y a sus criaturas.

Romero: Sabía que su vida estaba en peligro debido a sus denuncias, pero continuó hablando en favor de la justicia, lo que finalmente llevó a su asesinato, en plena celebración eucarística.

10. Inspiración y legado:

Jesús: Su vida y enseñanzas fundamentan el cristianismo, inspirando a millones de personas, que creen en su Resurrección, a seguir sus principios de amor, paz, justicia y salvación.

Francisco de Asís: Fundó la comunidad franciscana, que continúa siendo una fuerza significativa de renovación espiritual y servicio a los más necesitados del mundo; además, el franciscanismo es una espiritualidad practicada por personas incluso no cristianas.

Romero: Se convirtió en un símbolo de la lucha por la justicia en América Latina, siendo canonizado en el 2018, y propuesto como modelo de santidad para la Iglesia universal.

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Estas «anécdotas» confirman cómo cada uno de los tres vivió y ejemplificó las cualidades de humildad, sencillez, opción por los pobres, sentido de justicia, amor y compasión, vida de oración, pacifismo, entrega total a su misión, sacrificio personal e inspiración y legado.

En estos tiempos de prisas y pantallas, en donde muchos desean popularidad y ganar por «mayoría aplastante», me atrevo a decir que el team conformado por el Señor Jesús de Nazaret, san Francisco de Asís y san Óscar Arnulfo Romero —tres personas libres, auténticas y solidarias que decidieron ser «menores»— han ganado por «minoría aplastante». Es decir: se «abajaron» tanto en la sencillez y la humildad, que han arribado al lugar altísimo. Aquí estamos… con el challenge de ser como ellos.

– Yuan Fuei Liao