HORA TERCIA

octubre 30, 2025

INVOCACIÓN INICIAL

 

V. Dios mío, ven en mi auxilio

R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

 

Himno: EL TRABAJO, SEÑOR, DE CADA DÍA

 

El trabajo, Señor, de cada día

nos sea por tu amor santificado,

convierte su dolor en alegría

de amor, que para dar tú nos has dado.

 

Paciente y larga es nuestra tarea

en la noche oscura del amor que espera;

dulce huésped del alma, al que flaquea

dale tu luz, tu fuerza que aligera.

 

En el alto gozoso del camino,

demos gracias a Dios, que nos concede

la esperanza sin fin del don divino;

todo lo puede en él quien nada puede. Amén.

 

SALMODIA

 

Ant 1. Más estimo yo los preceptos de tu boca que miles de monedas de oro y plata.

 

Salmo 118, 65-72

 

Has dado bienes a tu siervo,

Señor, conforme a tus palabras;

enséñame a gustar y a comprender,

porque me fío de tus mandatos;

antes de sufrir, yo andaba extraviado,

pero ahora me ajusto a tu promesa.

 

Tú eres bueno y haces el bien;

instrúyeme en tus leyes;

los insolentes urden engaños contra mí,

pero yo custodio tus leyes;

tienen el corazón espeso como grasa,

pero mi delicia es tu voluntad,

 

Me estuvo bien el sufrir,

así aprendí tus mandamientos;

más estimo yo los preceptos de tu boca

que miles de monedas de oro y plata.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Más estimo yo los preceptos de tu boca que miles de monedas de oro y plata.

 

Ant 2. En Dios confío y no temo lo que pueda hacerme un mortal.

 

Salmo 55, 2-7b. 9-14 – CONFIANZA EN LA PALABRA DE DIOS

 

Misericordia, Dios mío, que me hostigan,

me atacan y me acosan todo el día;

todo el día me hostigan mis enemigos,

me atacan en masa.

 

Levántame en el día terrible,

yo confío en ti.

 

En Dios, cuya promesa alabo,

en Dios confío y no temo:

¿qué podrá hacerme un mortal?

 

Todos los días discuten y planean

pensando sólo en mi daño;

buscan un sitio para espiarme,

acechan mis pasos y atentan contra mi vida.

 

Anota en tu libro mi vida errante,

recoge mis lágrimas en tu odre, Dios mío.

 

Que retrocedan mis enemigos cuando te invoco,

y así sabré que eres mi Dios.

 

En Dios, cuya promesa alabo;

en el Señor, cuya promesa alabo,

en Dios confío y no temo:

¿qué podrá hacerme un hombre?

 

Te debo, Dios mío, los votos que hice,

los cumpliré con acción de gracias;

porque libraste mi alma de la muerte,

mis pies de la caída;

para que camine en presencia de Dios

a la luz de la vida.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. En Dios confío y no temo lo que pueda hacerme un mortal.

 

Ant 3. Tu bondad, Señor, es más grande que los cielos.

 

Salmo 56 – ORACIÓN MATUTINA DE UN AFLIGIDO.

 

Misericordia, Dios mío, misericordia,

que mi alma se refugia en ti;

me refugio a la sombra de tus alas

mientras pasa la calamidad.

 

Invoco al Dios Altísimo,

al Dios que hace tanto por mí:

desde el cielo me enviará la salvación,

confundirá a los que ansían matarme,

enviará su gracia y su lealtad.

 

Estoy echado entre leones

devoradores de hombres;

sus dientes son lanzas y flechas,

su lengua es una espada afilada.

 

Elévate sobre el cielo, Dios mío,

y llene la tierra tu gloria.

 

Han tendido una red a mis pasos

para que sucumbiera;

me han cavado delante una fosa,

pero han caído en ella.

 

Mi corazón está firme, Dios mío,

mi corazón está firme.

Voy a cantar y a tocar:

despierta, gloria mía;

despertad, cítara y arpa;

despertaré a la aurora.

 

Te daré gracias ante los pueblos, Señor;

tocaré para ti ante las naciones:

por tu bondad, que es más grande que los cielos;

por tu fidelidad, que alcanza a las nubes.

 

Elévate sobre el cielo, Dios mío,

y llene la tierra tu gloria.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Tu bondad, Señor, es más grande que los cielos.

LECTURA BREVE Ga 5, 13-14

 

Hermanos, vuestra vocación es la libertad: no una libertad para que se aproveche el egoísmo; al contrario, sed esclavos unos de otros por amor. Pues toda la ley se concentra en esta frase: amarás al prójimo como a ti mismo.

 

V. Correré, Señor, por el camino de tus mandatos.

R. Cuando me ensanches el corazón.

 

ORACIÓN

 

OREMOS,

Señor Dios, que a la hora de tercia enviaste al Espíritu Santo sobre los apóstoles reunidos en oración, concédenos también a nosotros participar de los dones de ese mismo Espíritu. Por Cristo nuestro Señor.

Amén.

 

CONCLUSIÓN

 

V. Bendigamos al Señor.

R. Demos gracias a Dios.

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