HORA TERCIA

julio 24, 2025

 

INVOCACIÓN INICIAL

 

V. Dios mío, ven en mi auxilio

R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

 

Himno: EL TRABAJO, SEÑOR, DE CADA DÍA

 

El trabajo, Señor, de cada día

nos sea por tu amor santificado,

convierte su dolor en alegría

de amor, que para dar tú nos has dado.

 

Paciente y larga es nuestra tarea

en la noche oscura del amor que espera;

dulce huésped del alma, al que flaquea

dale tu luz, tu fuerza que aligera.

 

En el alto gozoso del camino,

demos gracias a Dios, que nos concede

la esperanza sin fin del don divino;

todo lo puede en él quien nada puede. Amén.

 

SALMODIA

Ant. 1. «Si me amáis, guardaréis mis mandatos», dice el Señor.

Salmo 118, 153-160

Mira mi abatimiento y líbrame,
porque no olvido tu voluntad;
defiende mi causa y rescátame,
con tu promesa dame vida;
la justicia está lejos de los malvados
que no buscan tus leyes.

Grande es tu ternura, Señor,
con tus mandamientos dame vida;
muchos son los enemigos que me persiguen,
pero yo no me aparto de tus preceptos;
viendo a los renegados sentía indignación,
porque no guardan tus mandatos.

Mira cómo amo tus decretos,
Señor, por tu misericordia dame vida;
el compendio de tu palabra es la verdad,
y tus justos juicios son eternos.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. «Si me amáis, guardaréis mis mandatos», dice el Señor.

Ant. 2. Que el Señor te bendiga y veas la paz todos los días de tu vida.

Salmo 127 – PAZ DOMÉSTICA EN EL HOGAR DEL JUSTO

¡Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos!

Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien;
tu mujer, como una vid fecunda,
en medio de tu casa;

tus hijos, como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa:
ésta es la bendición del hombre
que teme al Señor.

Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida;
que veas a los hijos de tus hijos.
¡Paz a Israel!

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Que el Señor te bendiga y veas la paz todos los días de tu vida.

Ant. 3. El Señor peleará a tu favor.

Salmo 128 – ESPERANZA DE UN PUEBLO OPRIMIDO

¡Cuánta guerra me han hecho desde mi juventud
-que lo diga Israel-,
cuánta guerra me han hecho desde mi juventud,
pero no pudieron conmigo!

Sobre mis espaldas metieron el arado
y alargaron los surcos.
Pero el Señor, que es justo,
rompió las coyundas de los malvados.

Retrocedan, avergonzados,
los que odian a Sión;
sean como la hierba del tejado,
que se seca y nadie la siega;

que no llena la mano del segador
ni la brazada del que agavilla;
ni le dicen los que pasan:
«Que el Señor te bendiga.»

Os bendecimos en el nombre del Señor.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. El Señor peleará a tu favor.

 

LECTURA BREVE 1Jn 3, 23-24

Éste es el mandamiento de Dios: Que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y que nos amemos mutuamente conforme al mandamiento que nos dio. Quien guarda sus mandamientos permanece en Dios y Dios en él. Y conocemos que permanece en nosotros por el Espíritu que nos ha dado.

 

V. Tú, Señor, apoyas al inocente.

R. Tú, el Dios justo, sondeas el corazón y las entrañas.

 

ORACIÓN

 

OREMOS,

Señor Dios, que a la hora de tercia enviaste al Espíritu Santo sobre los apóstoles reunidos en oración, concédenos también a nosotros participar de los dones de ese mismo Espíritu. Por Cristo nuestro Señor.

Amén.

 

CONCLUSIÓN

 

V. Bendigamos al Señor.

R. Demos gracias a Dios.

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